Cuando la sabiduria de los pequeños sale al encuentro de los mayores, o el arte de romper paradigmas.

"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea" (Paulo Coelho)


Presentación



 “Los niños pueden hacer casi todo aquello que se proponen”. Eso es exactamente lo que pensé cuando supe que la pequeña Paula estaba aprendiendo a tocar el violín.

Lo confieso; la música es mi gran pasión y el hecho de no saber tocar ningún instrumento musical mi gran frustración. Esa, entre otras, es la razón por la que  conocer el nuevo desempeño de Paula desencadenó en mi un auténtico torbellino de emociones, ligadas a un sinfín de preguntas, algunas de las cuales, giraban en  torno a mí, en tanto que otras apuntaban directamente a la pequeña.

Con las primeras, surgían interrogantes tales como: ¿Realmente no se presentó ante mí la oportunidad de aprender, o si se presentó, pero la dejé pasar? ¿Qué recursos tuve, en realidad, a mi alcance, que sin embargo, ignoré y dejé pasar? ¿En qué medida se habría visto alterada mi personalidad de haber pasado por ese aprendizaje musical que nunca tuve?

Situando a Paula en el centro de las segundas, surgían cuestiones  tales como ¿qué retos se le plantean a esta niña, de ahora en adelante? ¿Qué facultades serán las que se pongan a prueba? ¿Qué capacidades tendrá que desarrollar, de las que no imagina ser ya poseedora?

Tampoco faltaron reflexiones sobre el colegio al que asiste: ¿Cómo es el sistema educativo de este Centro? ¿Por qué han decidido incorporar el aprendizaje para tocar el violín  como asignatura obligatoria? ¿Qué les lleva a pensar que todos poseen la habilidad y capacidades necesarias par hacerlo? ¿Qué método siguen? ¿Cómo es  la profesora que tiene como misión  desarrollar el talento musical de los pequeños?

Cada reflexión me conducía, a su vez, a nuevas preguntas. Estas, a su vez, se entrelazaban con muchos de los planteamientos y principios que trabajo como coach. Se disparaban las conexiones y pensaba en temas relacionados con el aprendizaje en valores, la resistencia al fracaso, la confianza, los beneficios del trabajo en equipo, la perseverancia, la auto-estima,  la disciplina…

El aprendizaje iniciado por Paula, abrió todo un mundo de reflexiones personales, que han terminado por convertirse en origen y causa de este Blog.

Ver el mundo a través de los ojos de un niño puede ser algo maravilloso; un toque de atención que genere en nosotros la necesidad de tomar las cosas de manera más sencilla;  de ser  más espontáneos y abiertos en nuestras acciones; más honestos, hacia nosotros mismos y para con los demás. 

Para nuestros hijos, somos un referente, un modelo a seguir, sus maestros. Pues bien,  invirtamos los términos y juguemos a construir mundos en los que sean ellos quienes se conviertan en nuestros mejores profesores. Escuchemos los mensajes que nos lanzan a través de sus expresiones, exclamaciones, y reflexiones cotidianas. Prestemos atención. Dejemos que nos enseñen cuales son esos pequeños secretos que les permiten afrontar los enormes retos de la vida,  día a día; que nos tomen de la mano y nos guíen.

Grandes son los retos que, con toda naturalidad, afrontan los pequeños durante su época más temprana de aprendizaje, como enormes son las lecciones de vida que nos dan con sus reacciones,  actitudes y comportamientos, cuando nos detenemos a observarlos y escucharlos. Este Blog recoge muchas de las claves que podemos descubrir cuando les escuchamos y observamos, algunas de las cuales olvidamos cuando nos hacemos adultos. Los niños las practican, viven con ellas, de manera completamente natural.

Mi intención al escribir estas páginas, con trasfondo de pinceladas musicales, es trasladar una pequeña muestra de la sabiduría de los niños; compartir algunas de tantas y tantas lecciones espontáneas, sencillas –y sin embargo, extraordinarias-, que los más pequeños nos dan desde la perspectiva de quienes son poseedores de ese don maravilloso que supone estar completamente abiertos al aprendizaje, al  mundo y a la vida. 

Mi mayor deseo para ti es que disfrutes con las "principios rectores" de sus protagonistas, tanto como he disfrutado yo con su recopilación,  y que la cuestiones que suscitan, tanto como las reflexiones finales de cada una de las entradas, puedan llegar a resultarte de utilidad.
Nota final: Todas y cada una de las frases que incorpora “El Violín de Paula”, han sido recogidas, directamente, de sus sabios y jóvenes autores.

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