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Necesitamos héroes, desesperadamente además. Cuando parece que todo se va al
carajo y asomarse al telediario supone un mal trago garantizado, en ocasiones
cuesta recordar que la vida sigue y cada uno, en su pequeña dimensión, va
tirando para adelante. Y ahora que hablamos de cosas pequeñas, la magia de
internet, tan ruin para algunas cosas, y tan grande para otras, nos ha regalado
una historia que está pulverizando registros en YouTube y Facebook.
Nos trasladamos a la pequeña localidad californiana de Ojai, donde el pequeño
Daniel, afectado de autismo, espera paciente en la puerta de su casa durante
horas. En este trastorno la rutina proporciona seguridad y en su pequeño mundo,
el tiempo no tiene mucho valor. A sus cinco años de edad, sabe que en cualquier
momento aparecerá... Y llega por fin. El rugido del motor anuncia la llegada de
nuestro segundo protagonista, Manuel.
Este empleado de una subcontrata del servicio de limpieza de la localidad
gira el volante y afronta con decisión la calle de Daniel. Sabe que ese
contenedor situado frente a su domicilio es especial. La fuerza de la costumbre
ha labrado una extraña amistad, la de un niño que nunca habla, pero que no
retira la mirada a aquella estruendosa máquina que repite día a día el ciclo y
la de un empleado del servicio de basuras.
Esperando al camión de la basura
El ruido atronador al que nos hemos acostumbrado en nuestras casas con cierto
fastidio, se ha convertido en un momento especial para todos los implicados.
Daniel el primero, que ignorando las instrucciones iniciales de su madre, tras
terminar el desayuno, se apostaba impaciente esperando la llegada del trabajador
del servicio de basuras. La magia de nuestro pequeño héroe contagia, y Manuel
Sánchez comparte la ilusión de Daniel cada mañana exagerando un poco las
maniobras y estirando este momento de cielo para el pequeño. Qué fácil es
hacerle feliz.
Sin embargo, todo cambió el pasado 12 de febrero. El día comenzó como siempre
y los padres de Daniel, parte ya del momento mágico, grababan con su móvil como hacían habitualmente las maniobras
de Manuel y la alegría de su hijo. Era el momento en el que estos dos luchadores
se veían cara a cara y disfrutaban con el encuentro. Daniel haciendo frente a un
trastorno del que ni siquiera es consciente, y Manuel habituado a los madrugones
de un duro trabajo con el que hacer frente a sus deudas y sacar adelante a los
suyos.
Un héroe para la red... y para Daniel
Pero el pasado día 12, la rutina de movimientos del camión se alteró. Las
maniobras extra que siempre regalaba el empleado a nuestro protagonista dieron
paso a un suceso inesperado: cuando Daniel estaba despidiendo con la
mano al camión, como hacía a diario, Manuel se bajó del vehículo y preguntó a la
madre si podía hacer un regalo a Daniel.
"¡Por supuesto!" respondió la madre, y el empleado
municipal se acercó con cautela a la criatura extendiendo una bolsa que Daniel
examinó con curiosidad: era un camión de la basura de juguete. En ese momento
era difícil determinar qué sonrisa era más grande, la de Daniel, la de los
padres, o la del propio Manuel que se marchó con un "hasta mañana".
Esta historia tan humana hubiera quedado ahí de no ser porque sus padres la
subieron a Facebook y YouTube en ese mismo momento y ya se sabe, de ahí al
infinito. Hablábamos antes de héroes... Manuel Sánchez se convirtió en uno de
forma instantánea, o todo lo rápido que consigue un vídeo en YouTube en superar
el millón de visitas. El impacto fue tal que la noticia estaba al día siguiente
en todos los telediarios del país y este empleado fue condecorado por
su empresa.
Manuel seguirá subido a su camión sin faltar a su cita diaria con el pequeño
y alegrando de esta manera, por unos instantes, el día a ambos. Un empleo
humilde y un sueldo que no da para mucho, pero sí su grandeza y humanidad de los
que dan sin esperar nada a cambio. La misma que ha conquistado a la red.
Mila Hernán.
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